Ante el incremento de inseguridad en el estado de Guanajuato, quedó en evidencia la poca empatía de las autoridades estatal y municipales

En el transcurso de esta semana, a partir de la masacre sufrida por una familia en Santa María de Cementos en León, el PAN, y los gobiernos estatal y municipal han dejado mucho que desear a las familiares de las víctimas y a la población.

• En Santa María de Cementos ocurre una balacera en una casa donde se realizaba una fiesta, con un saldo de 6 personas muertas. Los responsables huyeron.
• En sus perfiles de redes sociales el Gobernador Diego Sinhue, y la Presidenta Municipal Alejandra Gutiérrez publican mensajes en que condenan el incidente.
• La vocera de la fiscalía Sophia Huett López, declara que dos de las víctimas estaban vinculadas a actividades delictivas (da a conocer primeros resultados de las investigaciones a las víctimas, posibles responsables de sus muertes)
• En la ceremonia cívica de honores a la bandera la alcaldesa Alejandra Gutiérrez ofrece a la comunidad japonesa guardar un minuto de silencio por el reciente asesinato del ex presidente de su país.
• En dicha ceremonia, el secretario del ayuntamiento se levantó para hablar con los familiares de las víctimas y así evitar que interrumpieran en el evento.
• Tres días después, el PAN ofrece una conferencia de prensa en la que señala al gobierno federal como responsable del acto delictivo por la política nacional de prevención, mientras la fiscalía sigue sin dar con los responsables.

La inseguridad y la violencia en León se han incrementado ya casi por una década, y asociar a una víctima con actividades delictivas no reduce la responsabilidad de las autoridades, con la justicia ni con sus familiares.

Las autoridades no deben olvidar que trabajan para la población, y es a la que deben servir.